Apego saludable

Llamamos apego al vínculo afectivo que existe entre las personas, los bebés suelen iniciarlo con su madre, especialmente si se promueve el contacto durante las primeras horas de nacido. Sin embargo, el apego puede entablarse con cualquier otra persona, ya sea el padre o algún otro cuidador.  

Una forma de promoverlo con los más pequeños es por medio del contacto piel con piel, este consiste en dejar a tu bebé en pañal, descubrir tu pecho y recostarlo sobre ti. Mientras pasan tiempo juntos puedes acariciar su espalda, darle un pasaje, hablarle o cantarle una canción.

Cargarlo y abrazarlo también son maneras de fomentar el apego seguro, incluso es recomendable hacerlo, pues atender a tu bebé cuando llora favorece su bienestar emocional. Al finalizar el primer año de vida, las conexiones neuronales alcanzan su máximo nivel; una sana actividad neuronal tiene que ver con las emociones.

Un apego seguro no se basa únicamente en el contacto, se debe complementar con otras acciones que le hagan ver y entender la fuerza del vínculo, por ejemplo:

• Procura basarte en la empatía: comprender lo que le sucede te ayudará a atender sus necesidades.
• Pasen tiempo juntos: esto les servirá para conocerse y disfrutar la presencia del otro. Realicen actividades divertidas que enriquezcan su relación.
• Evita sobreproteger: darle la confianza de explorar y experimentar por sí mismo le brindará mucho aprendizaje. Si tiene éxito, festejen juntos, pero si falla, evita reprenderlo, reconfórtalo para que sepa que puede acudir a ti siempre que lo necesite.

Los niños con apego seguro suelen ser muy dependientes de sus madres, padres o cuidadores, no obstante, éstos se convierten en niños autónomos y seguros. Posteriormente, en su vida adulta suelen ser personas independientes, con buena autoestima y estabilidad emocional.

Así que no dudes en abrazar y cargar a tu bebé cuantas veces lo creas necesario, pues con ese amor, contribuyes a su desarrollo cerebral, emocional y social.