¿Sabías que el 10% de los bebés nacidos en México son prematuros? Esto significa que aproximadamente más de 200,000 pequeños nacen antes del tiempo esperado.
Un parto prematuro es aquel que ocurre antes de la semana 37 de gestación y se clasifica de la siguiente manera:
• Prematuros tardíos – Entre la semana 34 y 36 de embarazo
• Prematuro medio – Entre la semana 32 y 34 de embarazo
• Prematuro menor – En la semana 32 de embarazo
• Muy prematuro – Entre la semana 28 y 32 de embarazo
• Prematuro extremo – Antes de la semana 28 de gestación
¿Y esto qué significa?
Un bebé prematuro debe permanecer en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del hospital para ayudarlo a estabilizar su temperatura, tratar cualquier enfermedad que pueda tener, monitorear sus signos vitales 24 horas al día y brindarle la nutrición adecuada de acuerdo a sus necesidades.
La experiencia de tener un bebé prematuro en incubadora puede llegar a ser muy abrumante, ya que no existen posibilidades inmediatas de tocar a tu bebé, abrazarlo, protegerlo y alimentarlo; mamá e hijo se encuentran en habitaciones separadas y el miedo de no saber si el bebé sobrevivirá es muy fuerte.
Hay casos en los que la única manera de tener contacto con tu bebé es a través de un pequeño espacio que te permita tocarlo y acariciarlo brevemente. Esto genera una serie de emociones fuertes y desgastantes para los padres.
¿Qué pueden hacer los padres ante una situación así?
• Procura pasar el mayor tiempo posible con tu bebé, siempre que tu salud y la de él se los permita. Algunos hospitales sí dejan llevar a cabo el método canguro, donde podrás cargar a tu bebé piel con piel (además, tiene grandes beneficios).
• Cuando no puedas estar con tu pequeño, aprovecha para informarte de todo lo que quieras saber sobre el cuidado de tu bebé.
• Tómate tu tiempo para recuperarte del parto y/o cesárea, recuerda que tu bebé te necesita más fuerte que nunca.
• Déjate ayudar por la gente más cercana a ti. Esto te servirá para aprovechar cada momento que tengas con tu pequeño sin preocuparte por nada más.
• Habla con tu bebé en todo momento, aún cuando esté dormido. Aunque parezca difícil de creer, él te escucha y algunas palabras de aliento como “tú puedes, eres el más fuerte” o “te amamos y te estamos esperando” sirven para apoyarlo y brindarle la fuerza y esperanza que tanto necesita.
Es difícil estar ante una situación de esta magnitud, pero es importante recordar que, sin importar los pequeños avances que tenga tu bebé, cada uno de ellos son un gran logro; y que, cada caricia y cada palabra de aliento pueden abrazar a tu bebé hasta que puedas hacerlo tú.
#AbrazosQueHacenLaDiferencia
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