Al vello con el que nacen los bebés se le llama lanugo, es muy fino, suave y tiende a perderse progresivamente durante los primeros meses de vida. Al no ser uniforme, podemos ver zonas con poco cabello. El cabello de la cabeza se va desprendiendo por el roce constante con las prendas de vestir, la ropa de cama y la fricción del contacto, pero no hay que preocuparse pues es una etapa inevitable y transitoria.
Una vez que tu bebé ha pasado ese periodo es importante prestar especial cuidado en su cabello para evitar daño, sobretodo si está expuesto a factores externos como las clases de natación, ya que con el tiempo se puede percibir que el cabello se adelgaza o incluso ver zonas sin pelo.
Sin embargo, con acciones simples podemos prevenir agresiones del cabello:
Es común que el cabello se dañe cuando lo exponemos al cloro u otros productos químicos aplicados para la limpieza de las albercas, para evitarlo se sugiere:
Si tras hacer las medidas antes mencionadas notas que el cabello de tu bebé continua con alguna alteración o que su aspecto no mejora, es importante acudir con un dermatólogo a fin de encontrar alguna otra causa del problema principal.
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